Colegiata de San Miguel
Nada más vislumbrar la localidad de Ampudia, destaca sobre la techumbre de su caserío la portentosa torre campanario de la colegiata de San Miguel, conocida en el entorno como la "Giralda de Campos", algo tendrá que ver en dicho sobrenombre su similitud con la torre sevillana... y los 63 m de afinada altura que despuntan hacia el cielo ampudiano. La torre anota siete tramos, se inicia su construcción en 1540 por Juan de Escalante. A sus pies se alza una edificación que se remonta al siglo XII, pero no alcanza la magnitud de la estructura actual prácticamente hasta el siglo XVI. Esta dilatación en el tiempo, configura en el templo una conjugación de estilos artísticos, que van desde el románico que se aprecia en la basa de su torre, hasta el más pródigo renacentista, pasando antes por su consideración principal, el gótico. El templo se configura en tres naves, separadas por pilares de medio punto que se cubren con bóvedas de crucería estrellada.
En el interior se detecta la mano de grandes artistas de la época, se observa la impronta dejada por Diego de Basoco, Pedro Martínez de la Colina, Esteban Jordán, Alejo de Bahía, Pedro Ortiz el Viejo, Vasco de la Zarza Juan Escalante, Gaspar de Solórzano y seguidores de Gregorio Fernández y Vigarny, un ramillete de ilustres personajes que ensalzan el valor patrimonial de la increíble joya ampudiana, legan a la posterioridad imágenes, relieves, orfebrería y un largo etcétera de piezas de gran valor artístico y cultural. Pero no se puede salir del recinto sin admirar las capillas de Santa Ana y San Idelfonso, esta última fue adherida al templo en 1512. O el excepcional retablo mayor, que data del siglo XVII, junto a un buen ramillete de retablos de estilo renacentista, plateresco y barroco que aderezan la nave de culto. Además, no puede faltar el habitual órgano de estas tierras de Campos, barroco en este caso, construido en 1779 por Tadeo Ortega, inunda el templo de melodiosos acordes musicales cuando es acariciado por virtuosas manos. Ven y cuéntalo, Ampudia no defrauda.