Iglesia de San Juan Bautista

El templo, dedicado a San Juan Bautista, es un buen ejemplo de transición del románico al gótico, aunque su aspecto actual es fruto de varias reformas sucesivas a lo largo de los tiempos. Muestra un exterior bastante sencillo con una bella espadaña rectangular con dos grandes arcos de medio punto, reconvertida a torre campanario.  Al oeste y al norte en sus muros se encuentras restos de dos portadas románicas hoy cegadas, siendo hoy la utilizada la portada ya de estilo gótico del lado sur.

En su interior existe una verdadera joya del siglo XV, se trata de una rica colección de pinturas murales donde se representan escenas de la Virgen, San Julián y el Juicio Final, realizadas por el Maestro de San Felices, pintor que prodigó su arte por estas tierras de la Montaña Palentina, dejando importante legado en otros lugares como Valberzoso, Mudá o San Cebrián de Mudá, junto a la pila bautismal de difícil datación, pero su labrado se intuye en tiempos medievales.