Camino Olvidado a Santiago

El Camino Olvidado a Santiago es una ruta milenaria jacobea que une Bilbao y Ponferrada y, que atraviesa la Montaña Palentina de este a oeste.

Desde las localidades Palentinas de Nestar a Guardo. En este  tramo palentino del Camino Olvidado te ofrecemos las Etapas 7, 8 y 9 del Camino, con 92 kilómetros en total y, 918 metros de desnivel positivo, 814 metros de desnivel negativo y un sinfín de paisajes a disfrutar.

Los primeros peregrinos del medievo del siglo IX, X y XI utilizaban esta ruta de peregrinación, con el fin de alejarse de las zonas menos seguras aún ocupadas por los árabes. Los peregrinos europeos entraban en la península por Francia hasta alcanzar Guipúzcoa y Vizcaya para seguir después por las Encartaciones y las Merindades y llegar a Nestar, primer pueblo del trayecto palentino. Entra en desuso en el siglo XI, una vez que se aseguran los territorios, es entonces cuando el auge del Camino de Santiago Francés acaba con esta ruta jacobea, que intenta en la actualidad salir del olvido.

El trayecto palentino comienza en Nestar, donde cruzaremos el Puente Perdiz, de orígenes romanos, hasta Aguilar de Campoo, la villa del románino rural palentino. En Aguilar podemos disfrutar de su portentoso patrimonio, el románico de Santa Cecilia o el Monasterio de Santa María la Real son solo algunos significativos ejemplos que oferta la villa al peregrino del Camino Olvidado. Seguiremos bordeando el embalse aguilarense hasta Corvio, una parada ante su iglesia y una visita a la necrópolis, ubicada en esta localidad, se hace imprescindible. El Camino nos llevará entre espectaculares vistas de la Montaña Palentina a Matamorisca, sobre un alto atisbaremos la iglesia de San Juan Bautista, con espectaculares pinturas góticas. Seguiremos a Salinas de Pisuerga, donde nos espera la iglesia de San Pelayo, a los pies del espectacular puente medieval, el cual atravesaremos camino a Cervera de Pisuerga pasando por Barcenilla, Liguérzana, Quintanaluengos y Vado.

En Cervera de Pisuerga nos recibe el eremitorio de San Vicente, a las faldas del impresionante pico Almonga, Cervera de Pisuerga es el corazón del eje subcantábrico de la montaña, en lo alto de la localidad luce espléndida la iglesia de Santa María del Castillo, guarda en sus entrañas una valiosa pintura de Juan de Flandes, La Adoración de los Reyes. Sus calles emanan auténtico espíritu montañés, con excelentes casas señoriales blasonadas. 

El Camino prosigue a los pies de la Sierra de la Peña y del Brezo por Cantoral, Traspeña de la Peña, un crucero gótico y un espectacular friso en la iglesia de la Transfiguración del Señor sorprenden al peregrino, Villanueva de la Peña, Tarilonte y Aviñante. En esta última localidad podemos adentrarnos en el corazón de la Sierra del Brezo hasta alcanzar el Santuario del Brezo, donde se celebran una de las romerías más multitudinarias de la provincia. Nos espera en Santibáñez de la Peña el monasterio de San Román de Entrepeñas, uno de los primeros cenobios provinciales y paso obligado del peregrino del medievo, aunque solo una lagrimada torre románica se conserva de tan emblemático edificio. Y de aquí a Guardo. La iglesia de San Juan Bautista guarda con celo una de las pilas bautismales románicas más enigmáticas de la montaña. La localidad minera es el final de trayecto de este emotivo Camino de la Montaña y antesala de su entrada en la Montaña Oriental Leonesa de camino a Compostela