Villaviudas
Villaviudas se emplaza al este de la provincia de Palencia, a unos 20 km de la capital por la CL-619 en Magaz de Pisuerga de camino a la histórica localidad de Baltanás. Respecto del origen del topónimo de Villaviudas se han dado varias versiones: una un tanto legendaria asegura que tras una dura batalla, al morir muchos de los hombres, quedó la villa habitada por viudas, pero parece más científico y lógico atribuir este topónimo a tiempos de la repoblación, allá por el siglo X y que un repoblador de origen mozárabe llamado Uibdas o Vibdas le diese el nombre a la villa. En la documentación, una donación de Alfonso VIII de 1182 cita literalmente a la villa como “Villan Vibdas en valle Baltanás”. Sobre una pequeña meseta se asentaba el antiguo poblado medieval de la Dehesa de Tablada, encontraremos un paseo que es denominado el Paseo de las Lilas, flanqueado por lilares va ascendiendo suavemente a un paraje elevado en el que se encuentra una antigua bodega con su lagar. Aún ostenta una antigua zona de bodegas, típicas de estas localidades del Cerrato Palentino. Celebra las fiestas patronales el 15 de mayo, San Isidro Labrador y el 14 de septiembre el Cristo de los Milagros.
Villaviudas está bañada en parte de su término municipal por el río Pisuerga, formando una acogedora ribera de chopos y mochas, donde se puede ir a pasear en todas las épocas del año. A su vez, en un espacio natural donde mana uno de los arroyos que atraviesa el pueblo, llamado arroyo Tojanco, encontramos una variada vegetación donde abundan los olmos, mochas y junqueras. Todavía existe una vieja noria para sacar agua. Su principal monumento se significa primordialmente en su templo, está dedicado a Nuestra Señora de la Asunción, data de los siglos XIII y XIV, conservando algunos tramos de bóvedas góticas de esta época. Se emplaza en pleno corazón del casco urbano del caserío y está construida en piedra y de una sola nave, con arcos apuntados y cubierta de bóvedas de arista adornadas con yeserías barrocas, del siglo XVII. La fachada y la torre fueron construidas en 1774 por Juan de Charcán, maestro de cantería de Castrojeriz y Pedro González del Río.