Conjunto Histórico de Palencia
Acuerdo 18/2018, de 22 de marzo, de la Junta de Castilla y León, por el que se declara la ciudad de Palencia, bien de interés cultural con categoría de conjunto histórico.
Situada en la amplia llanura de Tierra de Campos, coronada por el Cerro del Cristo del Otero, autentico símbolo y referente de la ciudad, su ubicación entre el rio Carrión y el ferrocarril, han determinado su peculiar configuración urbana.
Con unos orígenes que se remontan a fechas protohistóricas, su patrimonio y urbanismo es el resultado de su evolución a lo largo de las distintas épocas históricas, la romana y la Edad Media, así como los siglos XVI al XVIII y las importantes transformaciones del siglo XX, periodos todos ellos reconocibles en el conjunto histórico de la ciudad, en la que conviven junto a monumentos tan reconocidos como la Catedral, el Convento de San Pablo, la Iglesia de San Miguel, la Iglesia de Santa Clara, San Francisco, San Lázaro o La Virgen de la Calle, un interesantísimo conjunto arquitectónico civil de finales del siglo XIX y principios del XX, como el Palacio de la Diputación Provincial, el Casino o la Casa del Cordón, interesantes muestras de modernismo, historicismo y eclecticismo, en el que el trabajo de importantes arquitectos como Juan Agapito y Revilla, Jacobo Romero y sobre todo Jerónimo Arroyo, dejaron su impronta en la morfología de este conjunto histórico.
El Conjunto Histórico de Palencia tiene una singular delimitación Por un lado el casco urbano, y por otro, los Cerros del Otero y de San Juanillo, como hitos visuales y simbólicos que identifican y caracterizan la imagen de Palencia que, por su ubicación, un tanto alejados del casco histórico urbano, precisan una delimitación espacial aislada e independiente.
El Cerro del Otero fue el lugar elegido para la construcción del monumento al Sagrado Corazón de Jesús, de Victorio Macho. La obra, iniciativa del obispo Parrado, se encomendó al escultor palentino representante del realismo castellano, muy conectado con la visión y el sentir de la Generación del 98, a la que pertenece.
El Cerro de San Juanillo:muy próximo al Cerro del Otero, conocido popularmente como de San Juanillo, se ubican los restos de la que fuera la Ermita de San Juan del Otero, testigo de la gran tradición y devoción de la ciudad a San Juan Bautista.
Posiblemente este eremitorio y posterior ermita rupestre, formaría parte del conjunto fundado en el siglo VI por el monje hispano visigodo Toribio de Palencia, que posteriormente se trasladaría al Valle de la Viorna, en la Líebana cántabra, para fundar lo que hoy conocemos como Santo Toribio de Liebana.