Abadía de San Isidro de Dueñas
Próximo al lugar donde yacen las aguas del Carrión dejando sus últimos estertores sobre el río Pisuerga, se emplaza la Abadía de San Isidro de Dueñas, conocida popularmente como La Trapa. Un lugar apartado del bullicio urbano que ofrece sosiego y tranquilidad, además de la posibilidad de admirar un portentoso conjunto patrimonial con claras huellas de diversos estilos artísticos.
La historia de San Isidro de Dueñas es memorable, llegando a ser uno de los cenobios más importantes de la península ibérica. Parece ser que sus orígenes se remontan al siglo IX, cuando es restaurado por el rey Alfonso III el Magno, algunas fuentes lo datan incluso de tiempos de Villa Posídica, villa romana cuyas ruinas se encuentran a 200 m del lugar, en la que se han encontrado mosaicos posiblemente de la familia del emperador Teodosio. La orden de Cluny también dejó impresa su huella monacal durante algunos siglos, la orden de San Benito se hace cargo del cenobio en 1478. Desde 1891, los monjes Cistercienses de La Trapa se asientan en la edificación, son estos quienes custodian el recinto y prodigan la conservación del conjunto monumental en la actualidad.
Debido a estos aconteceres del tiempo, en la actualidad el conjunto monumental muestra una bella fachada románica con una torrecilla de aspecto fortificado, en el lado norte de la iglesia. El templo se adosa a la parte sur con la edificación monasterial, esta es de estilo herreriano, fruto de su total reconstrucción en el siglo XVII. Son muchos los puntos de interés a destacar en el actual recinto, lo cual nos invita a descubrir por nosotros mismos tan bella abadía, sin olvidar apuntar en nuestra agenda viajera la visita a su interesante biblioteca, lugar custodio de intensa documentación llena de conocimiento y sabiduría, que emana de las letras que acuñan sus interesantes escritos.