Castillo de la Mota
Sobre una destacada mota desgajada del páramo de San Martín, se alzan las ruinas del castillo de Astudillo. Aunque su origen pudiera remontarse al siglo X, documentalmente no se tiene constancia de su existencia hasta el XI. Posiblemente se erigió para reforzar la importante fortaleza de Castrojeriz y jugaría un destacado papel en los enfrentamientos que mantuvieron Fernando I y Vermudo III por el control de estas tierras cercanas al río Pisuerga, cuyo curso separaba los reinos de Castilla y León. También el castillo de La Mota sufrirá los turbulentos años del reinado de María de Molina (señora de Astudillo) y Juan II (quien pasará largas temporadas en esta villa).
En la actualidad, de esta fortaleza únicamente se conservan los restos de dos torres de planta circular y algunos muros. Todo ello obra ya de la segunda mitad del siglo XV. Buena parte de estas ruinas hoy se encuentran enmascaradas por las numerosas bodegas que tradicionalmente se han construido en sus inmediaciones reutilizando los materiales de esta antigua fortaleza. Los entornos del Castillo de La Mota se han acondicionado como mirador y desde él es posible contemplar una amplia panorámica de toda la comarca.