Iglesia de San Martín

La iglesia de San Martín se emplaza sobre un altozano en el casco urbano de la población, se edifica a finales del siglo XVI, de factura renacentista. En el siglo XVII se levanta una torre de cuatro cuerpos, siendo el último de estos de estilo neoclásico. En el lado de la epístola se levanta una portada del primer tercio del siglo XVII, precedida de una escalinata de 96 peldaños, necesaria para salvar el desnivel de acceso al templo.

En su interior se conservan obras de especial relevancia, tales como una pila bautismal del siglo XVI ornamentada con relieves. Se conservan un San Juan Bautista y un San Miguel, fechados en el siglo XVII del escultor Juan de Ávila. Destaca el retablo barroco de 1624, sito en la nave del evangelio, labrado por Marcos Garay, compuesto por seis pinturas sobre tabla con temática mariana y una escultura de la Virgen con el Niño, que se atribuye a Francisco Alonso. En el presbiterio, se encuentra el retablo mayor, fechado entre 1666 y 1670, obra de Cristóbal Ruiz de Andino y Antonio de Villota, con pinturas de la última Cena, la Inmaculada, la Resurrección y la Asunción entre otras. Así como, obras del escultor Andrés de Oliveros como la de San Martín y el mendigo y, un Calvario, fechadas en 1672. La nave de la epístola por su parte cobija un retablo barroco del siglo XVIII, del que destacan pinturas de San Martín y el pobre, atribuible al pintor de Dueñas, Alonso Caballero y, un lienzo del taller de Felipe Gil de Mena, del siglo XVII, con Cristo vestido de sacerdote. Reseñable es el órgano barroco del siglo XVIII, entre otras obras que custodia el templo.