Iglesia de Santa Cruz

En el interior del cementerio de Torquemada se encuentra ubicada la ermita de Santa Cruz, templo que en su día ejerció como iglesia parroquial de la localidad. Su fábrica original se enmarca en el románico rural palentino, posiblemente del siglo XII, dotándose para su construcción de buen sillar de piedra caliza. En el siglo XIII, el templo es ampliamente reformado, configurándose tal como la encontramos en la actualidad, en planta basilical de tres naves, cubiertas con bóvedas ojivales del siglo XIII. La ermita conserva importantes trazas románicas, principalmente en la cabecera y en el pórtico de entrada. Sobre este se alza una espadaña, adosada al alzado del pórtico en el siglo XVIII, inspirándose en el estilo barroco propio de dichos tiempos.

El pórtico luce dos pares de arquivoltas, decora con una banda ajedrezada, que se cubren de guardapolvos o chambrana formada por un bocel y una moldura de puntas de diamante. Todo el conjunto descansa sobre cimacios moldurados con una impronta de nacela, que a la vez se apoya en jambas acodilladas. Dignas de admiran son las cornisas ajedrezadas, apoyadas sobre canecillos esculturados, donde están representados motivos de rollos escalonados, cabezas de animales, serpientes enlazadas y otros temas ornamentales. Buena muestra de capiteles decorados con águilas, así como con decoraciones vegetales y entrelazados de figuras ovoides. En este templo y en el personaje de un ermitaño de Valdesalce se inspiró José Zorrilla para escribir un cuento gótico, titulado “La mujer negra o una antigua capilla de templario”.